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Esta guía explora los principales materiales ecológicos utilizados en la actualidad, sus ventajas y cómo las marcas pueden integrarlos en sus líneas de productos, sin sacrificar la estética ni el rendimiento.
Los frascos de cosméticos de vidrio siguen siendo un clásico en el envasado sostenible. Fabricados principalmente con arena, carbonato de sodio y piedra caliza, el vidrio es 100% reciclable y reutilizable infinitamente.
No tóxico y reciclable: El vidrio no libera sustancias químicas y puede reciclarse infinitamente sin degradarse en calidad.
Aspecto y tacto prémium: Ideal para líneas de cuidado de la piel de lujo que buscan una apariencia sofisticada y reutilizable.
Protección: El vidrio preserva la integridad del producto al impedir la penetración de oxígeno o luz ultravioleta.
Frascos cuentagotas de vidrio para sérums y aceites faciales.
Frascos de vidrio para cremas hidratantes, mascarillas y bálsamos.
Frascos de perfume o aceites esenciales para una presentación elegante del producto.
Si bien el vidrio puede ser más pesado que el aluminio o el plástico, su reciclabilidad, durabilidad y atractivo de alta calidad lo convierten en uno de los materiales más sostenibles para su uso a largo plazo en envases cosméticos ecológicos.
El plástico PCR es una de las opciones más populares para envases sostenibles en la industria de la belleza. Se fabrica a partir de residuos plásticos reciclados —normalmente recogidos de artículos posconsumo como botellas de agua o envases de cosméticos— que luego se limpian, procesan y transforman en nuevos materiales de embalaje.
Reducción de la huella de carbono: El PCR reduce drásticamente el uso de plástico virgen, disminuyendo la demanda de nuevos materiales derivados del petróleo.
Duradero y personalizable: El PCR mantiene prácticamente el mismo rendimiento que el plástico virgen, lo que permite flexibilidad en cuanto a forma, tamaño y decoración.
Compatible con la mayoría de las fórmulas: Seguro para fórmulas de cuidado de la piel, cuidado del cabello y maquillaje cuando son fabricadas por proveedores certificados.
Muchas marcas utilizan actualmente tubos cosméticos de plástico PCR para cremas, lociones o limpiadores. Ofrecen un excelente equilibrio entre sostenibilidad y rentabilidad, y son compatibles con los procesos de fabricación estándar, lo que facilita la transición para las marcas que buscan mejoras ecológicas.
El envase de caña de azúcar, a menudo denominado polietileno de base biológica (Bio-PE), es una alternativa renovable a los plásticos derivados de combustibles fósiles. En lugar de obtenerse del petróleo, el polietileno se fabrica a partir de etanol extraído de la caña de azúcar.
Recurso renovable: La caña de azúcar se regenera rápidamente, lo que la convierte en una materia prima sostenible.
Carbono negativo: Durante su crecimiento, la caña de azúcar absorbe más CO₂ del que emite durante su producción.
Reciclable: El Bio-PE puede reciclarse junto con los plásticos PE tradicionales, lo que garantiza la compatibilidad con los sistemas de reciclaje existentes.
Este material es ideal para marcas que buscan desarrollar envases cosméticos personalizados con un claro mensaje de sostenibilidad. Los tubos, botellas y tapas de caña de azúcar conservan la misma resistencia y flexibilidad que el polietileno estándar, pero proyectan una imagen de marca más ecológica.
El aluminio es otro material clave en el envasado sostenible de productos de belleza: infinitamente reciclable e increíblemente duradero. Muchas marcas optan ahora por frascos y tubos plegables de aluminio como alternativas ecológicas y de alta calidad al plástico.
Infinitamente reciclable: El aluminio se puede reciclar repetidamente sin perder calidad.
Ligero pero resistente: Reduce el peso del envío a la vez que protege las fórmulas de la luz y el oxígeno.
Estética lujosa: Los acabados brillantes y suaves resultan atractivos para las marcas de cosméticos y cuidado de la piel de alta gama.
Botellas de aluminio para champús, acondicionadores y productos líquidos para el cuidado de la piel.
Tubos colapsables de aluminio para cremas, sueros y ungüentos: ofrecen una dosificación precisa y una protección hermética.
Para las marcas que priorizan la sostenibilidad al final de la vida útil, los plásticos biodegradables fabricados con polímeros naturales como el ácido poliláctico (PLA) o el almidón de maíz resultan cada vez más atractivos.
Opciones compostables: Algunos plásticos biodegradables pueden descomponerse en condiciones de compostaje industrial, reduciendo así los residuos que van a parar a los vertederos.
Fuentes renovables: Derivadas de plantas en lugar de petróleo.
Versatilidad: Puede imitar los plásticos tradicionales para tubos, frascos o tapas exprimibles.
Sin embargo, los materiales biodegradables requieren condiciones de eliminación específicas para descomponerse eficazmente. Las marcas deberían informar claramente a los consumidores sobre la correcta eliminación de estos materiales o bien ofrecer programas de recogida.
El envasado monomaterial de PP es una tendencia en auge entre las marcas de belleza sostenibles. Monomaterial significa simplemente que todo el envase —tubo, tapa y hombro— está fabricado con un solo tipo de plástico (en este caso, polipropileno).
Reciclaje más sencillo: No es necesario separar los componentes antes de reciclarlos.
Rentable: Utiliza la infraestructura de plástico existente al tiempo que mejora la reciclabilidad.
Duradero y ligero: Excelente para productos cosméticos de tamaño viaje o de uso diario.
El envase monomaterial de PP permite a los fabricantes de envases cosméticos diseñar productos ecológicos sin modificar drásticamente los sistemas de producción existentes. Para las marcas, supone un primer paso práctico hacia el envasado circular.
Los plásticos tradicionales como el HDPE, el PET y el PETG siguen teniendo cabida en los envases sostenibles cuando se utilizan de forma responsable. Su reciclabilidad y disponibilidad los hacen prácticos para la producción a gran escala.
Ampliamente aceptados en los sistemas de reciclaje: La mayoría de las instalaciones de reciclaje mundiales procesan estos materiales.
Ligero: Reduce las emisiones de carbono durante el transporte.
Personalizable: Se puede moldear, imprimir o teñir para diversos diseños de envases cosméticos personalizados.
Muchas fábricas de envases cosméticos ofrecen ahora versiones recicladas o mezcladas de estos plásticos, incorporando contenido de PCR o técnicas de aligeramiento para reducir el uso de material.
Elegir la opción más ecológica depende del tipo de producto, el público objetivo y los valores de la marca. Aquí te explicamos cómo tomar la mejor decisión:
Considere la compatibilidad del producto:
Utilice vidrio o aluminio para fórmulas sensibles a la luz o al oxígeno.
Para líneas ligeras o fáciles de transportar, elige tubos de plástico o de caña de azúcar.
Evalúa la identidad de tu marca:
Las marcas premium pueden inclinarse por el vidrio o el aluminio.
Las marcas de gran consumo o naturales pueden preferir el plástico PCR o los materiales de caña de azúcar.
Reflexiones sobre el final de la vida:
Si su público valora la reutilización, ofrezca botellas de vidrio o aluminio rellenables.
Si la reciclabilidad es clave, opta por plásticos monomateriales o PCR.
Asóciate con el fabricante adecuado:
Colabore con un fabricante de envases cosméticos con experiencia en materiales sostenibles.
Busque certificaciones como ISO, FDA o SGS que garanticen la seguridad y el cumplimiento de los materiales.
Las modernas fábricas de envases cosméticos son socios esenciales para ayudar a las marcas a alcanzar sus objetivos ecológicos. Los mejores proveedores invierten en:
I+D para materiales sostenibles: Explorando opciones de base biológica, recicladas y recargables.
Producción energéticamente eficiente: Utilización de fuentes de energía renovables y sistemas de reducción de residuos.
Tecnología de personalización: Impresión y moldeo avanzados para reducir el desperdicio de decoración.
Programas de reciclaje: Apoyo a iniciativas de recogida o de envases de ciclo cerrado.
Colaborar con un fabricante de envases cosméticos fiable garantiza que las marcas puedan equilibrar la innovación en el diseño con la sostenibilidad, convirtiendo los envases ecológicos en una ventaja competitiva.
El futuro de la belleza reside en la sostenibilidad, y la elección de materiales es clave para esta transformación. Ya sean tubos cosméticos de plástico PCR, frascos de aluminio, envases de vidrio o recipientes a base de caña de azúcar, cada material ofrece beneficios únicos que ayudan a las marcas a reducir su impacto ambiental.
Al asociarse con un fabricante de envases cosméticos con experiencia, las marcas pueden diseñar envases cosméticos personalizados que se alineen tanto con los valores ecológicos como con las expectativas del mercado, ya que los fabricantes y fábricas de envases cosméticos han trabajado con diversas marcas de diferentes industrias que satisfacen las necesidades de innumerables usuarios finales.
Ser ecológico no significa renunciar a la belleza, sino redefinirla. Dado que los consumidores exigen cada vez más opciones sostenibles, adoptar materiales más ecológicos no solo beneficia al planeta, sino que también representa una inversión inteligente en la fidelización de la marca y la rentabilidad a largo plazo.